Infertilidad

¿Qué es la transferencia de embriones?

Es el proceso mediante el cual se van a depositar uno o dos embriones, seleccionados por su desarrollo, dentro del útero materno. Este procedimiento es sencillo, no requiere ningún tipo de anestesia ni hospitalización, y se realiza en un quirófano para mantener las condiciones estrictas de esterilidad.

¿Cómo se lleva a cabo la transferencia de embriones?

Primero, el ginecólogo realiza una ecografía para valorar la posición del útero y el estado del endometrio. A continuación, tras limpiar cuidadosamente la vagina, se introduce una fina cánula hasta colocarla cerca del fondo del útero, proceso que se controla continuamente por ecografía (es necesario para ello que la paciente tenga la vejiga llena). En ese momento el embriólogo deposita los embriones en el lugar idóneo.

 

¿En qué momento se deben realizar la selección y la transferencia de embriones?

El momento se individualiza para cada caso concreto, dependiendo de la historia clínica de la pareja y de la evolución en el laboratorio de los embriones a lo largo de los días de cultivo. Habitualmente, la transferencia se efectuará entre los tres y seis días después de la aspiración de los ovocitos.

El hecho de realizar un cultivo más largo y transferir en los días más avanzados de desarrollo (días cinco o seis), momento en el que los embriones deben alcanzar el estadio de blastocisto, nos permite hacer una mejor selección, pudiendo así reducir el número de embriones transferidos (uno o dos). Siempre se intentarán conseguir las mejores posibilidades de gestación, pero evitando lo máximo posible un embarazo múltiple.

 

¿Qué ocurre cuando, tras la transferencia, quedan embriones?

Durante el cultivo embrionario, el embriólogo se encarga de seleccionar los embriones de mayor calidad, que serán los candidatos a la transferencia. Aunque la legislación española permite que se transfieran un máximo de tres embriones en cada ciclo de reproducción asistida, en CREA apostamos por la transferencia de un único embrión, si es de buena calidad, para evitar los problemas asociados a los embarazos múltiples, tanto para la futura madre como para los bebés.

Por ello, cuando han fecundado y se han desarrollado correctamente varios embriones, se seleccionarán uno o dos para la transferencia y el resto de embriones sobrantes de buena calidad se vitrifican. Esto permite a la pareja o futura mamá poder recurrir a ellos en un siguiente ciclo en caso de que no se haya logrado el embarazo, o bien guardarlos vitrificados para una futura gestación.

Si la mujer o pareja no desea tener más hijos, los embriones vitrificados pueden ser donados a otras parejas o mujeres, si se generaron cuando la mujer no superaba los 35 años (embriodonación) o pueden ser donados con fines de investigación para un proyecto que esté autorizado. También pueden cesar su conservación cuando finaliza el plazo máximo establecido por ley.

Transferencia de embriones congelados en diferido

En ocasiones, es preciso esperar al siguiente ciclo reproductivo para poder llevar a cabo la transferencia de embriones al útero porque se ha producido una alta respuesta al tratamiento, el útero no está en las condiciones óptimas para la transferencia o se va a realizar un estudio genético embrionario que requiere un tiempo. En estos casos los embriones se vitrifican, es decir, se protegen y congelan en nitrógeno líquido a una temperatura de -196ºC.

Una vez congelados o vitrificados, los embriones pueden sobrevivir un tiempo ilimitado hasta que llegue el momento de su uso, en el que se descongelan para poder ser transferidos para su implantación y el posterior comienzo de la gestación.

En CREA, nuestras tasas de implantación y embarazo con la transferencia de embriones congelados en diferido en mujeres menores de 40 años son de 40,6% y 57,9%, respectivamente. Es decir, tasas muy similares a las que conseguimos a través de los tratamientos con embriones transferidos en fresco.